top of page
Buscar

Lo único que os pido es lo que me habéis dado siempre. Sinceridad. Lealtad. Servicio.

  • Foto del escritor: alfre712
    alfre712
  • 12 feb 2018
  • 1 Min. de lectura

—Ser Davos de la Casa Seaworth —dijo el rey—, ¿seréis mi vasallo leal ahora y por siempre?

—Lo seré, mi señor.

— ¿Juráis servirme con lealtad hasta el fin de vuestros días, aconsejarme sinceramente, obedecerme con presteza, defender mis derechos y mi reino contra todos los enemigos en batallas grandes y pequeñas, proteger a mi pueblo y castigar a mis enemigos?

—Lo juro, Alteza. —Si así es levantaos, Davos Seaworth, y levantaos como señor de La Selva, Almirante del mar Angosto y Mano del Rey.

Por un momento Davos se quedó tan conmocionado que no pudo ni moverse. «Esta mañana me he despertado en sus mazmorras.»

—Alteza, no es posible... No estoy preparado para ser Mano de un rey.

—No hay nadie más preparado. —Stannis envainó la Portadora de Luz, tendió la mano a Davos y lo ayudó a ponerse en pie.

—Soy un plebeyo —le recordó Davos—. Soy un contrabandista que ha subido demasiado alto. Vuestros señores no me obedecerán nunca.

—En ese caso nombraremos nuevos señores.

Pero... no sé leer... ni escribir... —El maestre Pylos os leerá lo que os haga falta. En cuanto a lo de escribir, mi anterior Mano escribió la carta que le va a costar la cabeza.


 
 
 

Comments


Título secundario

Join my mailing list

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

bottom of page